La terapia de muérdago contribuye a despertar y apoyar las fuerzas del restablecimiento de la salud, la enfermedad ya no parece insuperable, la vida tiene de nuevo un futuro. Muchos estudios clínicos han demostrado que la calidad de vida mejora perceptiblemente con la terapia de muérdago:
- El apetito retorna.
- El peso aumenta: el cuerpo gana fuerza.
- El sueño mejora.
- La susceptibilidad a la infección disminuye.
- La sensación de frío con escalofríos y congelación que a menudo ocurre en el cáncer, se detiene.
- Los dolores disminuyen.
- La capacidad de rendimiento aumenta.
- El estado de ánimo se ilumina, las depresiones disminuyen.
- La estabilidad emocional crece.
- El miedo a la enfermedad disminuye, sobre todo el que domina los pensamientos y las acciones, especialmente en el tiempo posterior al diagnóstico.
- Se hace más fácil para uno mismo de tomar distancia de la “espada de Damocles del cáncer" y concentrarse más en la vida misma.
- Usted mismo hace algo para sí y ya no es solo objeto de medidas terapéuticas.
- Usted nuevamente está más en la posición de tomar decisiones y establecer prioridades en su vida. La enfermedad ya no domina toda su vida.
- Usted vuelve a si mismo y lo que constituye su propio yo y su camino en la vida.
Una presentación detallada de la situación de los estudios en relación a la calidad de vida encuentra Ud. en informaciones científicas.